A veces me recuerdan a esos jóvenes africanos, casi niños, traídos por los clubes de fútbol con la promesa de una fulminante carrera en las ligas europeas, para luego abandonarlos a su suerte en un país extraño.
Así son mis seres. Arrancados de su mundo por autores
en ciernes que prometen hacerlos protagonistas de una novela que nunca escribirán.
A lo mejor querría usted adoptar a alguno…
Si es así, no se marche. Pronto empezaré a contarle sobre ellos.
A lo mejor querría usted adoptar a alguno…
Si es así, no se marche. Pronto empezaré a contarle sobre ellos.
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